River tiene un don. Faltarse el respeto a si mismo. Decir que el club millonario es uno de los más populares e importantes del país y que posee innumerable cantidad de títulos no sería una novedad.Pero su actualidad está muy lejos de esa. A cada día que pasa se le agrandan las deudas. Vive a base de grupos empresarios, dejó de ser ese gran semillero que era ( Saviola, Aimar, D´alessandro).
Antes tenía un gran peso dirigencial en la AFA, en cambio ahora lo toman en algunos casos como a uno más. Hasta ha perdido el negocio de la selección.
El plantel actual parece una película de Disney en versión retro, donde sus principales actores son un Enano, un Ogro, un Muñeco y un Burro. Falta alguna princesa y están todos. Además tiene sentado en el banco de suplentes a un técnico casi sin experiencia y mucho menos logros como para estar en River.
En las últimas semanas, el Monumental se volvió un banco de pruebas, donde cualquier jugador con el pase libre y un poco de trayectoria le basta para inscribirse. Pero lo más increíble de todo esto es que ayer la dirigencial Millonaria contrató al ya retirado hace casi cinco años, Matías Almeyda, y que viene de jugar el torneo de veteranos. Todo eso, sumado a que sus actuales figuras son dos jugadores que están más cerca del retiro que de sus años de glorias como Marcelo Gallardo ( viene de una operación) y Ariel Ortega ( quién no pudo brillar en la B Nacional). ¿Se querrá convertir en un club de asilo?
Si a alguien se le contaba esto durante los ´90 seguramente no le hubiese creído. Pero el fútbol dio muestras que da para todo y que hasta el más poderoso si no hace las cosas bien, un día le vuelve.
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