En 2005, con apenas 18 años, venció a su compatriota y referente Juan Carlos Ferrero y por primera vez se quedó con el Conde de Godó. Hoy, cuando ya mucha agua ha pasado bajo el puente, Rafael Nadal volvió a superar a un coterráneo, en este caso a David Ferrer (6-2 y 7-5), para consagrarse por quinta vez consecutiva en Barcelona.
Fueron sus víctimas en sendos partidos decisivos Tommy Robredo en 2006, Guillermo Cañas en 2007 y el mismo David Ferrer el año pasado. Por eso, hoy cuando Nadal abrió los brazos y miró al cielo en su habitual festejo, nadie se sorprendió como lo hiciera cinco años antes. El mallorquín es amo y señor del circuito y, claramente, también de este Conde de Godó que le sienta cada vez mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario