Los dos primeros cuartos favorecieron enteramente al local. De la mano de Locatelli y Osella, más un Leo Gutiérrez inspirado, los de Magnano se imponían sin demasiados sobresaltos ante un Peñarol con cierta apatía.
Entonces, para los dos últimos cuartos apareció la reacción visitante con su estandarte, Román González a la cabeza. El pivote se cargó su equipo al hombro y con 23 puntos y 13 rebotes fue dueño absoluto de la zona caliente de la cancha. Secundado por David Jackson, goleador del encuentro con 27 tantos, erigió la victoria del milrrayitas.
Así, con coraje y fervor, en detrimento de una merma de Atenas, Peñarol logró llegar a su casa con todo nivelado. El lunes se jugará el tercer punto de una seria que al menos tendrá cinco.
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